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jueves, 26 de abril de 2012

Una anecdota de Ignacio Corsini en Pergamino

Un fan le pide una foto y el Caballero Cantor le brinda una ayuda

Sabida es la generosidad que Ignacio Corsini tenía con los fans, a quienes nunca les negaba una foto ni un apretón de manos. Aun retirado de la actividad artística en su domicilio de la calle Otamendi de la Ciudad de Buenos Aires, siempre tuvo cordial trato para quienes se acercaban a saludarlo y solicitarle un autógrafo. Incluso en algunos de los comercios del barrio donde vivía, podían verse todavía hasta hace algún tiempo retratos autografiados que habían sido obsequiados por Don Ignacio a sus propietarios, quienes orgullosos los exhibían a la vista de los clientes.

Otra faceta absolutamente desconocida de la generosidad de Corsini se mostraba especialmente cuando viajaba por el interior del pais. Se sabe que el Caballero Cantor, visitaba en secreto a los asilos y orfanatorios durante sus giras para prestar colaboración a dichas instituciones y saludar a los pequeños huerfanos. Nunca dió publicidad a dichas visitas, las que realizaba en el mayor de los silencios y con el perfil bajo que siempre lo caracterizó. Todo un gesto de sensibilidad y nobleza.

La anécdota de marras ocurrió en la ciudad de Pergamino durante una de sus giras y fue narrada por Enrique Maciel, fiel amigo y guitarrista de Corsini, luego del retiro de la actividad artistica del Caballero Cantor.

Dejemos que Maciel nos cuente los detalles de esta anécdota que tiene un remate por demás pintoresco:

"Una vez en Pergamino mientras actuaba Corsini, se hacía ostensiblemente entusiasta un admirador de Ignacio. Aplaudía por cien y luego de cada número lo vivaba con toda la fuerza de sus pulmones.
- Che, Maciel ¿Quién es ese pibe?
- Un admirador.
- Macanudo, ¿eh?
Terminó la función -prosigue Maciel- y el muchacho que así lo había aplaudido lo alcanzó cuando el auto iba a arrancar.
- Don Ignacio... ¿no me va a firmar una foto?
Corsini lo miró. Era un muchachito pobre, con el traje raido. Humilde, muy humilde. Y entonces... sucedio una cosa que aun me emociona -relata Maciel-
- Mirá muchacho -le dice Ignacio-. No tengo una foto... así que te voy a firmar un papel...
- ¡Como no!
- Y Corsini, en un billete de cincuenta pesos, puso su firma. Se lo entregó y nos fuimos. Inmediatamente las voces del muchacho llegaban con toda claridad:
- ¡Corsiniiiii gracias.... graciaaaaasss ... !!

En aquellos tiempos cincuenta pesos era en verdad una suma bastante considerable. Nos preguntamos si el muchacho habrá conservado aquel autógrafo estampado por el Caballero Cantor en tan inusual "papel".

Nota:
Agradecemos a Evangelina Tejedor, amiga del blog, quien nos hizo llegar la anécdota que publicamos.

jueves, 15 de julio de 2010

Ignacio Corsini canta "Caminito" en la obra teatral "Facha tosta" y lo convierte en un éxito

La compañía de Luis Arata inaugura el Teatro Cómico con la obra "Facha Tosta"

El día 5 de mayo de 1927, se inaugura el “Teatro Cómico” en la ciudad de Buenos Aires, con el debut de la Compañía de Comedias y Sainetes “Luis Arata”.

Ubicado en plena calle Corrientes 1280, entre Talcahuano y Libertad, originariamente se inició como “Teatro Smart Palace”, en el año 1914. Posteriormente en 1921 fue modificada la edificación, y en 1924 paso a manos de Blanca Podestá y Alberto Ballerini, quienes al poco tiempo mudaron el “Smart” a la vereda de enfrente (Corrientes 1283), donde actualmente funciona como Teatro Blanca Podestá.

Habiendo entonces quedado la edificación sin uso, fue confiada su remodelación al arquitecto Alejandro Enquìn, quien lo rediseño para ser reinaugurado en 1927. Hoy continúa en plena actividad, con la magnífica edificación y arquitectura original de aquella época, reinauguración, bajo el nombre de Teatro Lola Membrives.

Aquel 5 de mayo de 1927, la Compañía Luis Arata, estrenó la obra “Facha Tosta”, sainete en tres actos original de Alberto Novión. En la tercera sección (23.15 horas) se dio el siguiente programa:

1.- Música por la orquesta dirigida por el maestro Antonio Scatasso

2.- Discursos de Enrique Garcia Velloso y de Alberto Vacarezza en nombre de la Asociación Argentina de Autores

3.- “Facha Tosta” de Alberto Novión

Los actores que asumieron los roles de la citada obra en aquella oportunidad fueron: Luis Arata (Genaro), Berta Gangloff (Julieta), Emma Bernal (Carmela), Leonor Rinaldi (Caterina), Marcelo Ruggero (Padre Salvatore), Juan Fernández (Don Pietro), Ignacio Corsini (Juan Angel), Froilán Varela (Don Nicola), Carlos Rosingana (Crispino), Juan Vittola (Estéfano), Ernesto Villegas (Bartolo), Alberto Fregolini (Pascale) y C. Lucca (Juanín).

Ignacio Corsini, interpreta el tango “Caminito”, en el tercer cuadro, siendo muy breve su intervención en la trama de la obra. Alberto Novión nos pinta el contexto en que se va a desarrollar la escena así:


CUADRO TERCERO (FACHA TOSTA)

“Un patio de campo en plena fiesta. Mucha luz. Farolitos, banderitas, alegría. A la derecha, pieza pobre con dos puertas practicables. A la izquierda también. Foro, tapia. Algunos sauces.

Al levantarse el telón, Carmela (Emma Bernal) y Genaro (Luis Arata), Doña Caterina (Leonor Rinaldi) y Don Nicola (Froilan Varela), están sentados en el foro. Genaro tiene a su derecha a Doña Caterina, Carmela a su izquierda a Don Nicola.

En primer término, izquierda, una mesa, tres banquitos y tres vasos con vino. Estan sentados el Padre Salvatore (Marcelo Ruggero), Estéfano (Juan Vitola) y Pascale (Alberto Fregolini). El Padre Salvatore, tiene delante suyo, una ensaladera llena de lechuga. En primer término, derecha, otra mesa con dos banquillos, donde están sentados Julieta (Berta Gangloff) y Juan Angel (Ignacio Corsini).

Al levantarse el telón varias parejas bailan un tango. La orquesta toca en el foro. Dos muchachos sirven licores. Están en la escena todos los que han tomado parte hasta ahora en la obra a excepción de Pietro (Juan Fernández). Es de noche…”

Julieta (Berta Gangloff): - Giovanne Angelo, ¿No lo hay visto a Pietro? Nadie sabe de él. Estoy intranquila.

Juan Angel (Ignacio Corsini): -No, no lo he visto. Ya vendrá-

Salvatore (Marcelo Ruggero): (Habla con la boca llena. Sigue el baile). Yo me vine a América, porque en Italia me moría de hambre.

Pascale: - ¿E por que lo mandaron a estas costas, tal lecos de Buenos Aires?

Salvatore: - Per sinvergüenza… Cuando yo estaba en l´inglesia a Buenos Aires, yo era el cura de mas confianza de la parroquia, el que guardaba la moneda. Ma un día, me pidieron la liquidación de una suscrizione que se había hecho para las puertas del templo, e se descubrió que me la había compadreado al monte con puerta… Yo pensaba, si la plata e de la puerta, me la pierdo con la puerta,y me tuve que escapare por la ventana. ¡San Dios, un rábano! (Se dirige a Pascale). Tomá, comételo vos… A vos te quiero. Te tengo confianza. ¡Crispino! ¡Crispino!

Crispino: - Aquí estoy, tu, tu, tu , tu … ¿Qué se le ofrece, ta, ta, ta, ta?

Salvatore: - traeme el vino e decate de macanas (Crispino va en busca de una jarra con vino y sirve. Termina el baile)

Uno: - ¡Que cante Juan Angel!

Varios: - ¡Que cante, que cante! (Aplausos)

Genaro: - Ché, cantá algo en honor de la novia. Te lo voy a agradecer.

Julieta: - Cante Juan Angel. Algo triste, algo sentimental.

Juan Angel: - Dígale a Paulo Antonio que toque lo de siempre.

Genaro: - Ché Paolo Antonio, tocá lo de siempre, para deferenciar

En ese preciso instante, Ignacio Corsini entona “Caminito”, con música de Juan de Dios Filiberto y letra de Gabino Coria Peñaloza, y lo convierte para siempre en un suceso. Debemos sospechar que la interpretación del caballero cantor, como casi todas las que se llevaban a cabo en los sainetes, acaso fuera secundada por la orquesta a cargo del maestro Antonio Scatasso y no con las guitarras con que usualmente se acompañaba en sus grabaciones por aquel entonces.

Debemos recordar, por otra parte, que el Caballero Cantor aún no había iniciado su carrera como cantor solista, la que comenzará con su presentación , el 28 de febrero de 1928, en el Cine Teatro Astral, acompañado por las guitarras de Aguilar, Pesoa y Maciel.

Es posible que el éxito logrado con "Caminito", haya sido entre otros factores, uno de los antecedentes que decidieran a Ignacio Corsini a proyectarse como cantor solista. Otros factores que quizá contribuyeron a tomar la decisión de dejar el teatro y dar ese paso podrían haber sido:

a) La mejora en la venta de sus discos a nivel local y nacional. Esto se puede presumir por la profusa cantidad de títulos que el Caballero Cantor dejó registrados entre 1927 y 1928, incluso con tomas alternativas editadas bajo el mismo número de disco;

b) El crecimiento de la radiofonía, como medio masivo de comunicación, que comienza precisamente entre los años 1928 y 1929, como un eficaz canal de difusión para cantores y orquestas. Recordemos que hasta ese momento la producción de programas de radio había sido prácticamente experimental y poco explotada comercialmente. Hacia fines de la década del 20, comienza a introducirse equipamiento de vanguardia y se produce una rápida profesionalización del medio a todo nivel;

c) Es posble que Ignacio Corsini para aquella época estuviera considerando cerrar un ciclo en su carrera como actor, la cual probablemente no le ofreciera ya mayores horizontes. Recordamos que si bien se desempeño dignamente y con éxito en las tablas, nunca logró el brillo y el protagonismo que alcanzaron las grandes figuras del teatro nacional. Posiblemente agotada su etapa como actor teatral y con 38 años de edad, haya percibido que aún no era demasiado tarde como para iniciar una carrera como cantor solista en forma exclusiva y definitiva, capitalizando así toda su anterior experiencia en las tablas. Excelente y sabia decisión que le permitió brillar y destacarse como uno de los mas grandes artistas populares de su tiempo, nada menos que al lado del máximo astro de la canción, Carlos Gardel.

De aquella jornada memorable en el Teatro Cómico, queda el recuerdo de una ovación del público al terminar su interpretación de "Caminito", y la anécdota quizá un poco exagerada, que muestra a un exaltado Filiberto -quien se encontraba presente el día del estreno de "Facha Tosta"-, parado en su butaca, mientras golpeaba con su paraguas la butaca delantera frenéticamente, gritando a voz en cuello: "Bravo... bravo Ignacio!! Así se canta!!"

Lo cierto es que "Caminito" habia sido estrenado por Filiberto sin éxito alguno en 1926, y ni siquiera la excelente interpretación realizada por Carlos Gardel en el disco (1926 - Sistema acústico), había podido lograr popularizarlo.

En efecto, las crónicas señalan que aunque fue premiada en el Carnaval de 1926 en un concurso organizado por la Asistencia Pública, días mas tardes el tango fue recibido con "desaprobación" (hay quienes dicen que fue silbado y abucheado), en una presentación realizada en la Sociedad Rural de Palermo.

Filiberto mismo lo recordó así en una entrevista: "... La voz de Corsini rescató a Caminito de entre los silbidos y gritos de protesta. Había ganado un concurso al final del carnaval. Lo tocamos en La Rural y apenas pudimos terminar entre los gritos, silbidos y protestas contra el tango y el fallo: un escándalo. Lo volví a presentar en el Teatro Marconi, donde yo tocaba en los bailes de Carnaval, y se repitió lo de La Rural. No gustaba, era muy suave, muy delicado... ni siquiera Gardel al grabarlo pudo imponerlo. Corsini lo rescató del olvido. Cuando lo estrenó en Facha tosta, de A. Novión, el teatro se venía abajo. Un éxito enorme, Desde entonces Caminito cobró personalidad y empezó a andar solo por el mundo. En Francia y en España, le abrió las puertas a El pañuelito y Clavel del aire".

Sin embargo, todo cambió como por arte de magia después de "Facha tosta". A raiz del enorme éxito obtenido, debio requerirse la autorización de Carlos Gardel para que el Caballero Cantor realizara la grabación del mismo en los estudios de Max Glücksmann. Es que el contrato de Gardel contenía una ventajosa cláusula que le garantizaba la exclusividad de los tangos que grabara antes que otros intérpretes de la casa, y como señalaramos mas arriba, éste ya lo había grabado en 1926.

Posteriormente a raíz del suceso, Gardel lo vuelve a grabar nuevamente, esta vez ya en el perfeccionado sistema de grabación eléctrica Verotón.

Una crónica del diario "La Epoca", citada por Rubén Pesce, nos informa que el 7 de mayo de 1930, Ignacio Corsini interpretó "Caminito", en el Salón "José Verdi ", de La Boca, en un homenaje ofrecido por importantes figuras. La crónica dice así: "El mas nutrido aplauso fue dedicado a Caminito, el que marcó rumbos. Ignacio Corsini, con su voz de cálido timbre, fue el digno interpreté". En dicha ocasión, asumimos que fue secundado por sus guitarristas Pagés, Pesoa y Maciel, quienes eran sus acompañantes fijos en aquel entonces.

Crónicas de "Facha Tosta". No todas fueron rosas.

El día 14 de mayo de 1927, la edición de "Caras y Caretas", publicó una cruda y descarnada crítica realizada por José Ojeda al estreno de "Facha Tosta", calificando a "Caminito", como un tango "inverosimil", sin dejar testimonio alguno del éxito que según otras fuentes habría obtenido Corsini con dicha interpretación. En efecto no hace mención alguna a la interpretación de Corsini, limitandose a decir secamente que el tango fue interpretado "por el señor Corsini". Parece increible que Ojeda haya estado presente en esa misma jornada, junto con todas las fuentes referidas en este trabajo y haya percibido la situación desde un ángulo tan opuesto. Debemos sin embargo recordar que las crónicas de Ojeda, no se caracterizaban precisamente por ser benévolas para con las representaciones de comedias y sainetes de corte popular, siendo no pocas veces sus apreciaciones mas bien cáusticas y envuentas en un tono de cierto menosprecio.

Juzguemos por nosotros mismos los comentarios publicados en aquella edición de "Caras y Caretas", que salió a la calle nueve días después del estreno de "Facha Tosta":

"La inauguración del teatro Cómico fué un acontecimiento extraordinario en la vida nocturna de la metrópoli. La nueva sala, completamente llena de público, fué abierta con un corto y cordial discurso de don Enrique García Velloso, otro mas florido de Alberto Vacarezza y los estrenos de "El procurador Galiniana", de don Eleodoro Peralta y don Carlos Cabral, y "Facha Tosta", de don Alberto Novión, confiados ambos a la interpretación de la compañía de don Luis Arata.

"El procurador Galiniana" es un vodevil que explota la situación de un acreedor furioso que busca a su deudor desconocido y las tretas de que éste se vale para apaciguarlo, mezcladas a dos intrigas de celos, cuyas peripecias se hilvanan sin mucha lógica, y que funda todo su comicidad en las "machiette" contrapuestas por Arata y Ruggero.

"¡Facha Tosta!" es un drama intenso de amor y de muerte, con un primer acto de admirable construcción técnica y artística, un segundo acto bufo que no agrega un punto a la acción y un desenlace pobre y convencional: se diría que el señor Novión se vió en la necesidad de dar continuación y terminó forzado a una obra que, bien desarrollada y trabajada, pudo haber sido una hermosa tragedia. La exposición del tema es magnífica, y en ella se destacaron las señoras Bernal y Gangloff, y los señores Arata, Fernández y Varela; el episodio del segundo cuadro resulta un pegote concedido a los gustos vulgares, a pesar de las figuras del cura italiano y su sacristán (señores Roggero y Rosignata), y el final se alarga excesivamente con un tango inverosímil, cantado por el señor Corsini, y quiebra la personalidad del ingenuo y fuerte marino, que es el protagonista, con lágrimas de un sentimiento sin objeto"

Queremos hacer especial mención y agradecimiento a nuestro estimado amigo Carlos Piccio, gracias a cuya gentileza pudimos reproducir esta interesante crónica.

Gardel y Corsini graban "Caminito"

Ilustramos el presente trabajo con las etiquetas de las ediciones de "Caminito" publicadas en 1927 en Argentina y Chile.

Carlos Gardel graba inicialmente en el sistema acústico "Caminito" en 1926. Esta grabación sale publicada en el Disco Nacional Odeón Nº 18171 (matriz 4076).

Ignacio Corsini, a su turno, lo graba en el sistema eléctrico Verotón el día 15 de junio de 1927, y se publica bajo en Disco Nacional Odeón Nº 18496 B (matriz 927). Observamos que la realización de dicha grabación se produce a un mes y 10 días del estreno de "Facha tosta", es decir en pleno éxito de la pieza teatral y de "Caminito".

Nuevamente Carlos Gardel, luego del éxito obtenido por Ignacio Corsini, realiza una nueva grabación de "Caminito" (esta vez en sistema eléctrico) el día 20 de julio de 1927. Se trata de la matriz 1109, que permaneció rigurosamente inèdita en Argentina, y que inexplicamblemente (y afortunadamente) es editada en Brasil por "Odeón" de Río de Janeiro, bajo el número de disco 2110, siendo su introducción de guitarras notablemente distinta a las restantes grabaciones realizadas por Gardel.

Este interesante dato, ha sido aportado en su excelente blog http://www.carlosgardelgrabaciones.blogspot.com/ por el estudioso e investigador Fabio Cernuda, a quien agradecemos su autorización para la reproducción de esta información. Una copia con bastante mal sonido de esta toma ha sido editada hace algunos años en la colección "Todo Gardel" (Altaya). De mas está decir, que se trata de un disco en extremo muy dificil de conseguir en su edición original, ya que la única edición brasilera que contiene esta toma es la que se emitió en 1927/1928. Hemos podido comprobar que las posteriores ediciones brasileras de "Caminito" (ca. 1930 y ss.), contienen la matriz 1109-1, que es la misma editada en Argentina.

Finalmente, el 20 de agosto de 1927, Carlos Gardel -no conforme con la versión anterior- repite la grabación de "Caminito" bajo el nùmero de matriz 1109-1, editándose en Disco Nacional Odeón, bajo el número 18218 A.

En el sector izquierdo del blog, se puede escuchar las versiones de "Caminito" remasterizadas a partir de discos originales, interpretadas por Carlos Gardel e Ignacio Corsini en el siguiente orden: Carlos Gardel (Matriz 4076 - Sistema Acústico), Ignacio Corsini (Matriz 927) y Carlos Gardel (Matriz 1109-1).

Fuentes:

- "La Escena. Revista Teatral". Nº 470 - 30 de Junio de 1927

- Teatro Lola Membrives: http://www.lolamembrivesteatro.com.ar/

- "La historia del tango. Tomo 10". Las voces del Tango. Ignacio Corsini, por Ruben Pesce. Editorial Corregidor - 1978

- "La historia del tango. Tomo 6". Los años veinte. Juan de Dios Filiberto, por Enrique Puccia. Editorial Corregidor - 1977

- Revista "Caras y Caretas" - Edición del 14 de mayo de 1927

- "Ignacio Corsini, Mi Padre". Dr. Ignacio Corsini (h). Editorial Todo es Historia - 1979

- http://www.ignaciocorsinigrabaciones.blogspot.com/ - por Fabio Cernuda

- http://www.carlosgardelgrabaciones.blogspot.com/ - por Fabio Cernuda

miércoles, 10 de febrero de 2010

Reportaje a Ignacio Corsini a seis años de su retiro

El caballero cantor concede un reportaje que se publica el 3 de junio de 1954

En el año 1954, se publica una nota con un reportaje a Ignacio Corsini en la revista "La cumparsita". La nota, interesante de por sí porque contiene afirmaciones vertidas por el propio Corsini, contiene además algunas fotos muy poco vistas, aunque lamentablemente demasiado retocadas.

Sin perjuicio de que la nota viene de primera mano, el reportaje contiene muchas inexactitudes. Algunas de ellas debidas al recuerdo de Corsini de hechos que habían transcurrido muchos años atrás, otros tal vez cometidos deliberadamente y algunos mas debidos a la pluma del cronista.

Entre los "errores "que mas llaman la atención, se encuentra el lugar de nacimiento del Caballero Cantor. En efecto señala que fue en "Boedo, entre Venezuela y Belgrano", cuando en realidad había nacido en Italia. Es posible que así lo haya señalado para no dar a conocer que había nacido en el extranjero, aunque en su edad adulta había obtenido la ciudadanía argentina. Resulta muy llamativo que el lugar que indica corresponde al barrio en que pasó parte de su infancia y juventud, lugar donde de alguna manera podría afirmarse que en verdad "nació" como artista. Por otra parte debemos recordar que Ignacio Corsini siempre se sintió profundamente argentino. Lo dicho quizá explique el porque de su manifestación respecto al lugar de su nacimiento.

Otra situación que no aparece demasiado clara es el hecho de que Corsini señala que cuando se traslado para trabajar como peón en una estancia de Carlos Tejedor (Provincia de Buenos Aires), lo hizo con sus padres. Bien puede haber sido un error del cronista. Se sabe que Ignacio Corsini se traslado sin la compañía de familiar alguno a la estancia de Carlos Tejedor. Por otra parte, no conoció a su padre. Sin embargo seguramente debe ser cierto que sintió una enorme pena al ser trasladado con solo doce años de edad (1902) al campo lejos de todo lo que conocía, así como su recuerdo a una figura muy importante de su infancia, el "negro" Domingo, que fue quien le enseñó las primeras canciones criollas y a pulsar la guitarra.

Respecto de sus primeros años luego del retorno de Carlos Tejedor, señala en varias oportunidades las dificultades para poder sobrevivír en la Buenos Aires del Centenario, haciendo hincapié a la "falta de recursos y de medios", y la necesidad de desempeñarse en todo tipo de tareas para poder vivir. Se sabe que realizó tareas de albañilería como frentista, por aquellos tiempos en que los frentes de las casas eran decorados con profusión de molduras y otros ornamentos.

Deja ver en sus palabras el enorme esfuerzo que debió realizar para poder llegar al lugar de privilegio que ocupó como cantor nacional.

Respecto de la filmografía de Ignacio Corsini, se omiten sus intervenciones en la era del cine mudo y la realización de la película "Rapsodia gaucha", y se incurre en errores cronológicos que lamentablemente son propios de este tipo de reportajes.

En relación a su carrera como cantor, si bien ya había obtenido gran éxito antes de 1929, deja entrever claramente que, en lo que a cuestión de popularidad masiva se refiere, hubo en su carrera un "antes y un despues" a partir del estreno de "La pulpera de Santa Lucía".

El principe de la canciòn. Figura inolvidable

Existió una época, llamada de Oro, en que tres grandes figuras de nuestro cancionero ponían la prestancia de su fibra, de su personalidad insdiscutida y de sus dotes personales, recia, identificable en cuanto el oyente se ponía en contacto con sus voces: fueron ellos Carlos Gardel, Agustín Magaldi e Ignacio Corsini.
Las tres han quedado ya en el cielo de las estrellas fijas, que a través del tiempo seguirán regulgiendo como en el primer instante. Dos de ellas, desaparecidas, pero la tercera, encarnada en Ignacio Corsini, aún sigue poniendo la nota de recordaciòn y de brillo en el mundo artìstico y en la emociòn de nuestro cancionero popular.
En el tiempo en que el popular cantor difundìa con su voz caracterìstica y personal "La pulpera de Santa Lucía", no todo era fácil para los que deseaban la fama, para los que en busca del triunfo, ponían su mejor empeño en hacer de su arte el medio de llegar al corazón del pueblo. Sin embargo, Ignacio Corsini, con su voz llena de ensoñación y emotivo tono, consiguió bien pronto colocarse en lugar de privilegio.


Hablamos con Corsini

Para mejor llegar a una comprensión sobre la trayectoria de la vida del popular cantor, nada mejor que hacerlo hablar a él mismo, para lo cual lo entrevistamos.

-¿Dónde nació usted, Ignacio... ? - Le preguntamos

- En un barrio que en aquel entonces daba figuras de mucho renombre, y desde donde salieron luego otras muchas más que pusieron oro a las pàginas de nuestro cancionero. Nací en Boedo, entre Belgrano y Venezuela.
- Tiempos difìciles aquellos ¿verdad...?

- Si; para los que debían ganarse la vida en el mundo del arte, no era nada fácil hacerlo. Los medios eran limitados y el campo de acción restringido. Allí aprendí a querer lo nuestro, escuchando los mejores cantores y payadores de la época. recuerdo que en los boliches de la zona, recalaban lo mejorcito que existía, y a mí se me hacía agua la boca oyéndolos expresar en un canto la maravilla de nuestro cancionero,

- Y luego... ¿Comenzó de inmediato a actuar...?

- No, por cierto. A los doce años mis padres se instalaron en la localidad de Carlos Tejedor. CUando salimos para allá fué como si me hubieran arrancado un cacho de alma. Solamente el pensar que debía abandonar los lugares donde podía estar cerca de los cantores, ya me producía pena...

- Sin embargo sabemos que en Carlos Tejedor, fué donde dió los primeros pasos en el camino del éxito...

- Tanto como eso no. Pero sí fué donde pude ponerme en contacto con lo que tanto quería: las canciones. Un paisano, llamado Domingo, los días que no trabajábamos, me enseñó a tocar la guitarra. El lo hacía con cierta habilidad, y lo que le faltaba de conocimiento, lo ponía en sentimiento. Con el aprendí las primeras canciones. Eran estilos que nunca olvidaré...

- Eso quiere decir que no había olvidado su primera idea, de llegar un día a ser un nuevo cantor en el mundo de los cantores...

- En efecto... - rememora Corsini-. Creo que ya llevaba en mí bien definida la vocación, y que sólo necesitaba el momento y la oportunidad para expresarla... Cuando regresamos, ya estaba dispuesto a no abandonar jamás mi inclinación...

- ¿Actuó en seguida...? - Interrogamos.

- No; los medios de vida eran escasos en aquel entonces y debí dedicarme a ganarme la vida trabajando en lo que caía. Creo que eso también contribuyó a que fuera formándome una mejor visión de lo que era la vida, y al mismo tiempo a querer más y más la emoción del pueblo.

Nota del blog: En la fotografía de la derecha, se ve a Ignacio corsini, acompañado de sus guitarristas Armando Pages, Rosendo Pesoa y Enrique Maciel, en los estudios de Max Glülcksmann, frente al micrófono de la sala de grabación, frente al cual, entre otros, cantaron Carlos Gardel, Mario Pardo, el dúo Ruiz-Acuña, etc. La fotografía podría ser datada aproximadamente alrededor de 1930, y fue tomada en los estudios que Max Glücksmann había habilitado en los altos del Cine Teatro Grand Splendid, ubicado en Santa Fé y Callao. Recordamos que el edificio del Grand Splendid, fue inaugurado en 1919 y contaba con una imponente sala con cuatro hileras de palcos y una platea para 500 personas.

Epoca de circo glorioso

La suerte dió un golpe de timón al destino de Ignacio Corsini. Ya en la Capital Federal, comenzó su noviazgo con quien luego fuera su esposa mejor compañera, la hija del famoso actor circense Pacheco. Corsini era joven pero lleno de entusiasmo. Sabía, por un oscuro presentimiento, que habría de llegar a la meta de su destino. Y eso comenzó una noche en que su futuro suegro, en ese entonces, debía trabajar en el circo de don Pepe Podestá, reemplazando a Huberto Zurlo, Corsini fue también para acompañarlo, y en el camarín se largó a cantar para entretener el momento. Una voz le interrumpió. Era don Pepe Podesta, que le decía:

- A ver, che...; cantá de nuevo...

Ignacio Corsini, un poco emocionado, repitió sus canciones, y al finalizar le dijo don Pepe:

- ¿Querés cantar en las fiestas gauchas de la obra...? Estamos haciendo "Martín Fierro" y vos podés trabajar...

Con un nudo en la garganta de pura emoción, Ignacio Corsini dijo que si. Precisamente era lo que estaba esperando. Un lugar desde donde hacer valer sus méritos. Y así empezó. Corriá el año 1910, y desde entonces la voz de Corsini sigue poniendo su nota personal y recia en el cancionero autóctono.
El mismo corsini reanuda el hilo de los recuerdos.

- Vuelvo a repetir que no era nada fácil entonces lograr que el público se fijara en uno, aparte de que los medios eran precarios.

- ¿Comenzó a trabajar en el circo...?

- Sí; comencé a trabajar de galçan en los viejos romances teatrales que vivían bajo la lona del circo. Lo hice hasta que comenzó a declinar la estrella del mundo circense y desaparecieron los dramas del picadero. Trabajé, empero desde el año 1910 al 1920, pasando desde el circo de don Pepe Podestá al Casano y otros muchos de entonces.


Amigo de Gardel
Como no podía ser menos, Ignacio Corsini fué gran amigo de Carlos Gardel. El Morocho del Abasto se contó entre los mejores amigos que tuco y de él tiene recuerdos inolvidables.

- A Carlitos lo conocí en el año 1913, allá en Bahía Blanca, y desde entonces nuestra amistad jamás decayó. Por el contrario cada uno de nosotros estuvo siempre pronto para acudir en ayuda del que necesitara algo. Con Gardel procuramos siempre colocar a nuestro cancionero por encima de todos los intereses y por cierto que puedo asegurar que luchamos bastante para lograrlo.

- Al abandonar la vida del circo, ¿que hizo...?

- Entré a trabajar con la compañía de Pepe Ratti. Estaban representando en el teatro Apolo "Nido de cóndores". Trabajé de galán joven de la compañía. Mi actuación en el circo me había dado aplomo y experiencia. Pero no fué hasta dos años despúes que comenzó mi verdadera ascención en el camino del éxito. Estrené en aquel entonces, en la misma sala y con la misma compañía el tanto "Patotero sentimental". Fué un suceso y don Mauricio Godard me llevó a grabar a la firma de los discos Nacional.


Surge como cantor

Tanto trabajo y tantos sacrificios, denían dar sus frutos. No en vano Ignacio había estado tantos años batallando en la brecha para abrirse camino. Pese a que aún seguía desempeñándose como actor al frente de las compañías de la época, era evidente que su mundo y su verdadera personalidad estaba en la canción. Solamente faltaba el trampolín para dar el salto, y eso llegó con una canción que llegó a cobrar inmensa popularidad. Corsini, nos dice:

- Se abrió definitivamente mi camino con la pieza de Blomberg y Maciel "La pulpera de Santa Lucía", junto con "La mazorquera de Montserrat".

En esa parte de los recuerdos de Corsini, aún está fresco en nuestra memoria el éxito de ambas complsiciones, que en sus grabaciones se vendieron en cifras fabulosas tanto en nuestra capital como en el Uruguay y en otros paises.

Ya estaba consolidada la fama de Corsini. Su recia personalidad había logrado imponerse en el difícil mundo del arte y hacer brecha en la opinión popular, para constituirse indiscutiblemente en una de las primeras figuras mas cotizadas de nuestro cancionero.

- ¿Que hizo a partir de entonces? - queremos saber.

- Ah, desde ese momento comenzó una verdadera vida de trabajo. Posiblemente más labor que nunca, pero ya tenía la satisfacción de ver que no era en vano todo lo que luchaba. Desde ese salto, comenzaron a llegar las propuestas para actuar en un sitio y otro. Empresarios que dos o tres meses anter ni siquiera se hubieran dignado a escuchar mis propuestas de actuar para ellos, llegaban solos a proponerme negocios.

- ¿Hizo giras...?

- Por cierto. Aunque hubiera podido quedarme en la Capital ilimitadamente para dar umplimiento a los contratos que tenía, no por eso dejé de lado el irme por el interior. Sabía que mucho público quería verme y con ellos tenía un compromiso moral que cumplí todas las veces que pude. Y por cierto que siempre regresé más contento, comprobando que mi público me rodeaba de cariño y atenciones.

Ingresa en el cine

Nuestro séptimo arte, en el año 1930 estaba aún en pañales. Daba los primeros pasos para tratar de constituirse en un medio de eficiencia en el concierto de las películas mundiales. Para ese entonces necesitaba ampararse en figuras de renombre, que lograran concitar la atención del pueblo.


Y para ello, nada mejor que valerse de los mas altos exponentes de nuestro cancionero, entre los que se contaba Ignacio Corsini. A él, pues se recurrió, para que animara una de las películas de entonces. Debutó en el cine con "Idolos de la radio". La producción, exceptuando la labor de Corsini, era una muestra pobre del cine nuestro, pero con eso quedaba fijado el primer jalón por donde llegaría a ser lo que es hoy.

Seguidamente animó "Fortín alto", donde ya podía verse una mejora en la calidad de la presentación. Pero si bien la película en sí no era lo que debía, el trabajo interpretativo de Corsini estaba a la altura de su personalidad, y con ello consiguió un nuevo galardón en su vida artística. Ya había quienes pensaban en él cuando debían montar un espectáculo de jerarquía. Tal cosa ocurrió con Francisco Canaro, cuando en 1934, en el hoy desaparecido Teatro Sarmiento presentó la obra musical "La canción de los barrios". Con respecto a eso, nos dice Corsini:


- En esa obra interpreté el vals "Un jardín de ilusión" y el tnago "Yo no se por qué te quiero", que en seguida cobraron rápida popularidad. recuerdo que actuaban también Alicia Vignoli, Francisco Charmiello, Climent, Héctor Calcagno, Margarita Padín y el entonces cantor de Pirincho, Ernesto Famá. Hicimos una buena temporada y creo que fué allí donde pude respirar tranquilo en lo que concierne a mi porveir, ya que el público demostró en todo momento tenerme simpatía y no olvidarme...


Príncipe de la canción

No se había equivocado Corsini al decir que su público ya no lo olvidaría y que lo seguía fielmente por ser uno de los mejores exponentes de nuestro cancionero popular. La confirmación de su pálpito la tuvo un año después, por intermedio de un concurso organizado por una revista porteña. Se trataba de elegir por voto al "Príncipe de la canción". Comenzaron a llover las cédulas apoyando el nombre de Ignacio Corsini como el candidato más firma para el título. Y cuando se dió por finalizado el concurso, con el recuento se confirmó que había ganado por una amplia mayoría. El público adicto se había volcado por el nombre del cantor que representaba lo mejor que existía: Ignacio Corsini.

La vida del conocido cantor se multiplicó para dar cumplimiento a los diversos contratos que le llovían. Cine, radio, giras, confiterías...; las salas más cotizadas de la capital, del interior y de los países vecinos querían contarlo entre sus números de sólida atracción, ya que el solo anuncio de su presentación ya era motivo de interés.

Es curioso hacer notar que existió siempre una particularidad en el éxito de Ignacio Corsini. Desde el primer instante que se volcó en el camino del arte, siempre logró una corriente de simpatía en su torno. Es verdad que en los comienzos cuando se defendía desde la arena del circo de don Pepe Podestá, no lograba salir de la pequeña esfera de popularidad restringida, limitada en el mundo de los que acudían a los espectáculos circences. Pero siempre su nombre iba quedando impreso en el recuerdo. Se afirmó esta característica cuando ya levantó la proa y pasó al teatro con Ratti, para afirmarse con Canaro y su posterior actuación.


Nota del blog: El epígrafe de la fotografía dice "Año 1936: la revista El Suplemento, organiza un concurso en el que votó el público de todo el país y que duró un año y medio, a través de ese certamen se consagró Principe de la Canción a Ignacio Corsini. La nota (gráfica) dice de la entrega de un premio con ese motivo por parte del señor Campos, director de esa publicación.


Corsini de hoy


El Ignacio Corsini de hoy sigue siendo el mismo entusiasta Corsini de siempre. Si bien se retiró de la actividad artística en el año 1949, aún sigue recorriendo los viejos lugares de sus mejores éxitos y cultivando sus amistades como siempre.

Ahora, cubierto de gloria y rodeado del cariño de millares de admiradores que no lo olvidan, ya acogido a la jubilación, repasa el mundo de sus recuerdos y está "siempre pronto a reeditar un éxito más, aunque sea en la intimidad de una fiesta familiar".

El año 1891 vió nacer a Ignacio Corsini, y desde entonces acá, a fuerza de lucha, con la base de su personalidad, su capacidad de trabajo y el tesón de una voluntad inquebrantable, fué dejando recuerdos en su camino hasta llegar a formar un solo recuerdo en el corazón de todos, porque el nombre de Ignacio Corsini, que tanto brillo dió a nuestro cancionero, jamás dejó de brillar con luces propias. Ni aún ahora, que vive retirado del arte, sino que por el contrario, sigue firme en el recuerdo del pueblo que lo estima y lo aplaude, ratificándolo ahora, con la reedición de las grabaciones del popular cantor, y cuando puede brindarle personalmente su aplauso así lo hace, porque sabe que está frente a un digno y entero artista, merecedor de su mejor reconocimiento.



domingo, 7 de febrero de 2010

Ediciones extranjeras de Ignacio Corsini. Segunda parte

Numerosas ediciones de discos del Caballero Cantor se publicaron en el extranjero, en especial durante la década del veinte

Continuando con nuestro trabajo anterior (ver AQUI), en el que analizábamos distintas ediciones extranjeras de Ignacio Corsini, alguna de ellas conteniendo obras no publicadas en Argentina, y en otros casos tomas inéditas distintas a las publicadas originalmente en nuestro país, debemos comenzar señalando que probablemente los dos países donde mas ediciones se registran sean Brasil y Chile. Respecto de la hermana República Oriental del Uruguay, los discos del Caballero Cantor, en aquella época eran importados directamente desde Argentina, ya que Odeón no tenía representantes locales. Recordamos a propósito, que el propio Max Glücksmann, era el dueño de una cadena de cines y teatros en Uruguay, la cual era gerenciada por su hermano menor Bernardo Glücksmann.
Es especialmente en Brasil, donde se han encontrado gran cantidad de ediciones originales de discos de Ignacio Corsini, las cuales fueron publicadas particularmente durante la década del 20.

En efecto, se ha registrado una cantidad importante de discos acústicos, algunas de sus primeras grabaciones eléctricas (1926-1927) , y otras ediciones pertenecientes a la serie de grabaciones eléctricas realizadas bajo sistema Verotón (1927 en adelante). Debemos señalar particularmente en el caso de estas últimas grabaciones, que la empresa liderada por Max Glücksmann había logrado una notable calidad de sonido y nitidez, siendo para su época excelentes grabaciones. La primera serie de grabaciones eléctricas había sido prácticamente experimental y las pocas matrices que fueron editadas comercialmente revelan su poco lograda nitidez, siendo el sonido capturado por los incipientes micrófonos pobre y en no pocos casos con distorsiones.

Llama la atención que se hayan publicado en Brasil tal cantidad de discos acústicos de Corsini, en especial tomando en cuenta la diferencia del idioma, y principalmente el hecho de que en aquel entonces (1925-1927) Corsini aún no había alcanzado la proyección que logró en su etapa posterior. Recién en 1928, el Caballero Cantor se lanzará como cantor nacional, iniciando su brillante carrera solista.
Advertimos respecto de estas magnìficas ediciones brasileras, que sin perjuicio de la intrínseca imperfección que de por sí lleva toda grabación acústica, estos discos son de una cuidada manufactura y de una brillante y sonora impresión.

Estos discos fueron prensados en Río de Janeiro, por la fábrica de discos Odeon especialmente para la Casa Edison de Fred Figner , empresa que tenía la exclusividad de los discos Odeon en Brasil, siendo éste un caso similar al de Max Glücksmann en Argentina.

La Casa Edison, era propiedad de Fred Figner, conocido también como Federico Figner, quien era un pionero de la industria discográfica al igual que Max Glücksmann. Figner había nacido en el entonces Imperio Austro Húngaro el 2 de diciembre de 1866, y luego de pasar un breve tiempo por EE.UU donde se había naturalizado como ciudadano norteamericano, desembarca en 1891 en Belen/Brasil, trayendo consigo un fonografo para exhibición pública.

Curiosamente Federico Figner, vendrá a Buenos Aires en 1896, y presentará el día 20 de julio, su Vitascopio (fabricado por Thomas Edison), en Florida al 100. Algunos espectadores volvieron mas de una vez a ver estas "vistas": Enrique Lepage, Eugenio Py y Max Glücksmann, propietarios y empleados de un comercio de artículos Fotografía.

De acuerdo con las investigaciones realizadas por el Museo del Cine "Pablo Ducros Hicken", la producción cinematográfica local, se iniciará cuando Figner, en noviembre de 1896 filme paisajes secundado por José Steimberg. En efecto, Figner filma las tres primeras "vistas" de la ciudad de Buenos Aires el 24 de noviembre de 1896, siendo estos los primeros films realizados en el país. Estas películas fueron realizadas mucho antes que Eugenio Py, utilizando una cámara "Gaumont", filmara en 1897 "La bandera argentina", considerado erróneamente como el primero realizado en nuestro país. El film del pionero belga, consistía en una vista de la bandera argetina flameando en Plaza de Mayo.

En 1900 publica su primer catálogo comercial de cilindros grabados en Río de Janeiro. En 1902 se anuncia por primera vez como “Casa Edison” de Fred Figner. Había nacido la primera compañía discográfica brasilera. En 1912 Figner firma un contrato con la International Talking Machine para la instalación de una fábrica de discos en un terreno de su propiedad.

La fábrica tenía los mas modernos equipos de su época y era capaz de producir en 1912, un millón y medio de discos por año (a un ritmo de un disco cada tres minutos). Contaba con 150 empleados y tenía una planta de reciclaje de productos rechazados y de saldos de discos no vendidos. El 21 de dicimbre de 1912 es prensado por vez primera un disco totalmente producido en Brasil, por la empresa “Odeon” de Río de Janeiro. Con el correr del tiempo Odeón terminaría por hacer desaparecer a la “Casa Edison”. Fred Figner fallece en Río de Janeiro el 19 de enero 1947.

Si bien estos discos fueron editados partiendo de las matrices originales que Max Glücksmann enviara a Río de Janeiro, lo cual de por si le da buen sonido, los materiales con que fueron prensados eran de excelente calidad y aún hoy nos asombra la excelente performance de estas inallables placas.

La ediciones de discos acústicos brasileros de Ignacio Corsini y las primeras grabaciones eléctricas (1926) detectados hasta la fecha, corresponden a los años 1925 y 1926, y han sido comercializadas originalmente en ediciones con letras doradas y etiquetas de color morada, luego azúl y finalmente azúl eléctrico. En cuanto a las ediciones de grabaciones eléctricas, existen ejemplares correspondientes a los años 1927, 1928 y 1929, en ediciones con letras doradas y etiquetas azúl claro y posteriormente azúl oscuro.

Ediciones acústicas de Ignacio Corsini editadas en Brasil


18436 A - Destellos (2828) - Tango
18436 B - Trago amargo (2829) - Tango

18437 A - Sarita (2826) – Tango. 1925
18437 B - Mi perdón (2542) – Tango. 1925

18456 A - La carreta (3499-I) – Zamba. 1925
18456 B - Criollazo (3573) – Tango. 1925

18465 A - Lamento criollo (3934) – Tango. 1926
18465 B - La casita blanca (4213) – Vals. 1926

18471 A - Clavelito rojo (4579) – Tango. 1926
18471 B - Cuando (4251) – Chacayalera. 1926

18477 A - María (4440) – Vals. 1926
18477 B - Violetita (4448) – Tango. 1926

Con excepción de los discos 18437, 18471 y 18477, los restantes ejemplares son acoples distintos a las ediciones originales publicadas en Argentina en aquella época. En efecto en el serial argentino los discos 18456 y 18465 contienen las siguientes obras:

18456 A - La carreta - (3499-I) - Zamba
18456 B - Señor (3575-I) - Tango

18465 A - Acordes (3826) - Tango
18465 B - Lamento criollo (3924) - Tango


Por otra parte destacamos que los temas "Criollazo" y "La casita blanca", fueron editados en Argentina con distintos acoples bajo los números:

18457 A – Criollazo (3573) – Tango
18457 B – Ecos de Arabia (3574) – Fox-trot

18472 A – Un chico bien – (4211) – Tango
18472 B – La casita blanca – Vals (4213)


Grabaciones eléctricas de Ignacio Corsini editadas en Brasil

18481 A - Padre (e-23) – Tango. 13/11/1926
18477 B - Si la ven por estos pagos - Tango (e-22). 13/11/1926

1244 A - Noche callada (e-1000-I) – Tango. 8/7/1927
1244 B - Rezongos (e-474) – Tango. 22/2/1927

1355 A - Bandoneon (e-2030) – Tango. 10/2/1928
1355 B - Huella... huella (e-2029-II) – Canción. 24/2/1928

1378 A - La mazorquera de Montserat (e- 3998) - Tango
1378 B - La pulpera de Santa Lucía (e-3999-III) - Vals

1665 A - Entre dos luces (e-4590-I) - Zamba
1665 B - Desde que te fuiste (e-4636) - Estilo

Todas estas ediciones fueron publicadas con los mismos acoples, tal como se comercializaron en las respectivas ediciones argentinas, con la sola excepción del disco 1244 B – “Rezongos”, que fue editado en Argentina bajo el número 18488, lado A, con el acople en su lado B del tango “Que compadre” (matriz e-413). En cuanto al lado B del disco 1244 que contiene la toma (e-1000) de “Noche callada”, recordamos que la misma ha permanecido rigurosamente inédita en Argentina. En efecto en nuestro país, se publicó la matriz e-1000-I, bajo el número de disco 18499, con el acople en el lado B del vals “Sueños” (matriz e-1077).

Finalmente, debemos señalar que hay conocimiento que fueron numerosas las ediciones de Ignacio Corsini en Brasil (cercana a los cien discos). Esperamos con el tiempo poder completar la información en la medida en que vayan apareciendo nuevos datos y discos brasileros del Caballero Cantor.

A diferencia del caso de Carlos Gardel y del dúo Gardel-Razzano, no se han detectado hasta ahora tomas distintas de grabaciones acústicas de Ignacio Corsini, sin perjuicio de lo cual ello no quiere decir que no existan. No debemos descartar la aparición de otras "sorpresas" en el futuro.

El caso de Carlos Gardel es especial (ver el blog de Fabio Cernuda AQUI), ya que las ediciones brasileras mas antiguas detectadas hasta el momento corresponden al año 1922. En cambio las ediciones mas antiguas del Caballero Cantor detectadas hasta ahora datan de 1925.
En efecto se detectaron ediciones acústicas brasileras del Zorzal en las series de etiquetas anaranjada, roja, morada, azúl y azul eléctrico. Además son incontables las ediciones brasileras de sus grabaciones eléctricas, que fueron reeditadas hasta la década del cincuenta en 78 RPM. Esto es razonable, por el hecho de que Ignacio Corsini lógicamente no tuvo la misma proyección internacional que tuvo Carlos Gardel, ni tampoco alcanzó la popularidad que el Zorzal obtuvo en Sudamérica y Centroamérica principalmente gracias a la difusión de sus películas.

En el sector izquierdo del blog podrán escuchar las versiones completas masterizadas, tomadas de las ediciones brasileras de "Sarita", "Lamento criollo", "Violetita" y "Si la ven por estos pagos", en las cuales se aprecia, además de la lograda interpretación del Caballero Cantor, la calidad de estas ediciones y la nitidez de su impresión, debida en parte a la excelente calidad del shellac utilizado en el prensado.

Fuentes
www.gardelweb.com – Como hicieron su fortuna - Max Glucksmann
Museo del Cine "Pablo Ducros Hicken", Primera antología del cine mudo argentino - Dossier
Fabio Cernuda, http://www.blogger.com/www.carlosgardelgrabaciones.blogspot.com y http://www.blogger.com/www.ignaciocorsinigrabaciones.blogspot.com
Dr. Ignacio Corsini (h.): “Ignacio Corsini, Mi padre” – Editorial Todo es Historia (1977)
Caras y caretas. Edición del 27/11/1926
Arquivos sonoros - http://arquivossonoros.blogspot.com/

domingo, 31 de enero de 2010

Se estrena en el Teatro Apolo la obra "El bailarín del cabaret" el 12 de mayo de 1922

Ignacio Corsini hace una creación de su interpretación de "El patotero sentimental", y así se afianza como galán cantor y futuro gran intérprete de la música popular

Corria el año 1922 y Corsini aún no se había mudado a su casa de la calle Otamendi 676, ubicada en el Parque Centenario.

El Caballero Cantor y su familia vivían por aquel entonces en una casa familiar ubicada en la entonces calle Corrientes "angosta" al 1318, entre Talcahuano y Uruguay, en el barrio de San Nicolás, en la misma vereda del Teatro Apolo. Eran los tiempos en que la calle corrientes distaba mucho de ser la amplia avenida que es en la actualidad, aunque sin perjuicio de ello, florecían los teatros y proliferaban los cabarets que la hicieron legendaria y que tan bien supieron reflejar las letras de los tangos en boga en aquella primera mitad de los años veinte.

Esta casa familiar era un inquilinato de los que abundaban en aquellos tiempos en la ciudad de Buenos Aires y que, mal o bien permitían resolver los problemas de vivienda a quienes no podían acceder a tener la suya propia. En aquellos años 20, estos inquilinatos eran ocupados por obreros y empleados (solos o con sus familias), y tambien por artistas, escritores, periodistas, actores, poetas y músicos que luchaban por sobrevivir con su arte.

Allí, recuerda el Dr. Ignacio Corsini (h.) -quien a la sazón contaba entonces con 11 años de edad-, vivían entre otros la actriz Tita Merello, quien por aquellos tiempos era una jóven muchacha de 17 años.

Asi la evoca el hijo del Caballero Cantor: "Tita, en plena adolescencia, era una hermosa morocha... solía llevarme a pasear frecuentemente...".

Tita Merello fallece en Buenos Aires el 24 de diciembre de 2002, en la habitación N° 924 del noveno piso de la Fundación Favaloro. Al día siguiente, el cortejo fúnebre que conducía sus restos se detuvo unos minutos en la Fundación Favaloro y luego volvió a detenerse una última vez mas en Avenida Corrientes al 1300, recordando el lugar donde la actriz había vivido en sus años de adolescencia.

Hoy, un monolito colocado frente a la numeración 1318 de la Avenida Corrientes, recuerda aquel inquilinato donde Tita pasó aquellos primeros años juveniles , y aunque la referencia histórica no hace mención alguna al paso de Ignacio Corsini por esa casa, desde estas páginas lo incluimos también en el homenaje. Valga pues entonces el recuerdo a estas dos grandes figuras de la cultura popular argentina, que alguna vez supieron coincidir durante sus tiempos de lucha, en la humildad del inquilinato.


El Teatro Apolo


La historia del Teatro Apolo es, como la historia de muchas teatros porteños, una historia de contrastes. Por un lado el brillo y esplendor de sus mejores épocas, las salas colmadas, las grandes personalidades del teatro nacional en incesante desfile, y por el otro el lento declive, las sombras y la demolición final. Un penoso lugar común para muchas de nuestras mas preciadas salas teatrales, a través de las cuales se construyó noche a noche la historia del teatro argentino y del espectáculo popular: así desaparecieron el Politeama, el Odeon y tantos otros. En este caso, afortunadamente, el Apolo se diferencia de aquellos, porque luego de su demolición fue oportunamente reconstruido y actualmente se encuentra en funcionamiento con su nombre y prestigio originales.

Haciendo un poco de historia, el Teatro Apolo fue originalmente inaugurado el 21 de marzo de 1892, y la familia Podestá durante décadas supo hacer brillar su escenario con sainetes y obras de género popular.
En aquella velada inaugural, que coincidió con el inicio del otoño de 1892, no obstante se presentó una función a beneficio de la Sociedad de Damas de la Caridad, donde el programa incluía: 1° Sinfonía; 2° La comedia en tres actos "Divorciémonos" y 3° El Juguete cómico en un acto "Las codornices".

Ese mismo año de 1892, es el año en que concluye su mandato presidencial el Dr. Carlos Pellegrini, luego de haber asumido el cargo ante la renuncia de Miguel Juarez Celman en 1890. Luego del triunfo de la fórmula "Luis Saenz Peña-José Evaristo Uriburu", Carlos Pellegrini deja su cargo el 12 de octubre. La renuncia del presidente Juarez Celman, se produce una semana despúes de la rendición de la Revolución del Parque (revolución del 90) , siendo ésta su consecuencia política inmediata. La aparición de una sociedad civil urbana y el ingreso de la clase media a la vida política, fue su consecuencia social. Juarez Celman se vió obligado además a renunciar por la ruinosa situación financiera en que se encontraba el país, producto del excesivo gasto público, la especulación inmobiliaria y financiera, la concesión de obras públicas a personas de su circulo íntimo, y una altísima inflación. Todo ello generó protestas sociales y culminó con la Revolución del Parque. El exceso de concentración de poder en su persona y sus funcionarios, le valieron a su gobierno el nombre de "Unicato".

Volviendo al Teatro Apolo, éste continuó en píe hasta su demolición en el año 1960, hasta que a mediados de julio de 1966, fue reconstruido cuando la Compáñía "Nuevo Teatro - Cooperativa de trabajo", fundada por Pedro pasquini y Alejandra Boero, inició su temporada en dicha sala y se hizo cargo de su gestión hasta 1971. Dicha compañía estaba integrada nada menos que por actores de la talla de Hector Alterio, Rubens Correa, Norberto Pagani, Lucrecia Capello, Jorge Hacker y enrique Pinti.
Posteriormente, hacia fines de la década del 70, la sala cambió su nombre por el de "Teatro Lorange" entonces como sala de teatro y cine indistintamente, hasta los años 90.

Luego de permanecer durante unos años cerrado, el 27 de julio de 2009, es reinaugurado por segunda vez, ahora con su nombre original, e inicia su nueva etapa a partir del 5 de agosto de 2009, con el estreno de "El rey Lear", protagonizada por Alfredo Alcón.


El Bailarín del Cabaret

En 1921, Ignacio Corsini es contratado por Julio Traversa para integrar la compañía teatral de César Ratti, en el Teatro Apolo. Si bien en temporadas anteriores de su actividad profesional como actor, el Caballero Cantor había actuado esporádicamente en dicha sala, es a partir de la incorporación a la citada compañía que su presencia en el Apolo, comienza a ser prácticamente permanente. Se presentará en el futuro en dicho teatro formando parte de distintas compañías hasta el año 1926. En 1927 pasará a con la compañía de Luis Arata al Teatro Cómico, hoy Teatro Lola Menbrives, ubicado en Avenida Corrientes 1280, a escasos 100 metros del Apolo.

El Caballero Cantor cuenta en 1921 con 30 años cumplidos y se distingue ya como apuesto galán y buen cantor de las cosas nuestras. Alto, rubio, con excelente dicción y esbelta figura, integrará el elenco de dicha compañía (en sus distintas denominaciones) encarnando personajes en gran cantidad de obras durante las temporadas de los años 1921 y 1922, según la siguiente cronología que presententamos a continuación.


1921 - Compañia Blanca Podestá, Cesar Ratti y Julio Traversa:

- "El nido de Cóndores", de Alberto Weisbach. Estrenada en el Teatro Apolo el 3 de marzo de 1921,
- "A las 9 en el convento" de Ballestero y Schaefer Gallo. Estrenada en el Teatro Apolo el 31 de marzo de 1921.
- "La carrera del charrúa", (Una vida estudiantil) de Pedro Benjamín Aquino. Estrenada en el Teatro Apolo el 5 de abril de 1921.
- "La cueva de los buhos", de Eduardo Trongé y Atilio Cattaneo. Estrenada en el Teatro Apolo el 1° de junio de 1921.
- "De puerta en puerta", de fumo Dowton y Mones Ruiz. Estrenada en el Teatro Apolo, el 14 de junio de 1921.
- "Negro y van siete", de E. Geminiani. Estrenada en el Teatro Apolo, el 25 de junio de 1921.
- "Y muerto el perro", de Pedro Benjamín Aquino. Estrenada en el Teatro Apolo, el 7 de julio de 1921.
- "Y colorín, colorao", de F. Collazo y T. Insausti. Estrenada en el Teatro Apolo, el 23 de julio de 1921.
- "Pasionaria", de J. Luque Lobos. Estrenada en el Teatro Apolo el 5 de agosto de 1921. En esta obra Ignacio Corsini entona una Payada.
- "Quien es el culpable", de José P. Alvarez y A. Gonzalez Revilla. Estrenada en el Teatro Apolo, el 18 de agosto de 1921.
- "El campeón de box", de Florencio Parravinici. Estrenada en el Teatro Apolo, el 25 de agosto de 1921.
- "Mefistófeles", de Alberto Ballestero. Estrenada en el Teatro Apolo, el 8 de septiembre de 1921.
- "Madre", de Enzo Aloisi y Miguel Lacreu. Estrenada en el Teatro Apolo, el 20 de septiembre de 1921.
- "Un viaje al infierno", de Carlos Schaefer Gallo. Estrenada en el Teatro Apolo, el 8 de octubre de 1921.
- "Escríbame una carta señor cura", de Ballestero y Parra. Estrenada el 8 de noviembre de 1921.

1922 - Compañía Cesar Ratti:

- "Capaz de domar un potro", de Alberto Ballestero. Estrenada en el Teatro Apolo, el 15 de marzo de 1922.
- "Corrida de toreros" de V. Pecci y de A. de Bassi. Estrenada en el Teatro Apolo, el 18 de abril de 1922.
- "El hombre del día", de Ossorio e Insausti. Estrenada en el Teatro Apolo, el 25 de abril de 1922.
- "El bailarín del cabaret", de Manuel Romero. Estrenada en el Teatro Apolo, el 12 de mayo de 1922. En esta obra estrena Ignacio Corsini el tango "El patotero sentimental", de Manuel Jovés y Manuel Romero, convirtiéndose en uno de los sucesos de ese año 1922. Grabado por Ignacio Corsini y por Carlos Gardel ese mismo año.
- "La llegada de Charrúa", de Pedro Benjamín Aquino. Estrenada en el Teatro Apolo, el 19 de mayo de 1922.
- "El café del marsellés", de Francisco Collazo. Estrenada en el Teatro Apolo, el 28 de agosto de 1922. En esta obra Ignacio Corsini, entona el tango "El beso de la muerte", de Pérez Freire y Viergol.
- "La fija", de Julio F. Escobar. Estrenada en el Teatro Apolo, el 29 de septiembre de 1922.
- "A parís muchachos", de M. Flores y L. Ricur. Estrenada en el Teatro Apolo, el 13 de octubre de 1922.
- "Alí babá y los 40 ladrones", de Ivo Pelay. Estrenada en el Teatro Apolo, el 15 de noviembre de 1922.
- "Pepito y Juancito", de Armando Mook. Estrenada en el Teatro Apolo, el 13 de diciembre de 1922.

El 12 de mayo de 1922, se estrena entonces en el Teatro Apolo, la obra "El bailarín del cabaret", de Manuel Romero y en ella el galan cantor Ignacio Corsini, estrena el tango "El patotero sentimental". La obra se convierte rápidamente en un suceso, y el publico concurre a escuchar el nuevo tango que se ha convertido en un éxito en la voz del jóven cantor.

La Compañia estaba integrada en aquella oportunidad por los hermanos César y Pepe Ratti, Blanca Podestá, Emma Bernal, Pilar Gómez, Chela Cordero, Manuela Senisterra, Mary Rose, Mecha Caus, Carmen Méndez, Ada Peressini, María Esther Lerena, Victoria Corsini, Samuel Giménez, Alberto Puértolas, Vicente Sassone, Alfredo Lliri, Raul Castro y Ricardo Ruffa.

La escena en la cual el Caballero Cantor entona el nuevo tango, la describe con lujos de detalles Osvaldo Sosa Cordero, evocando el cuadro escénico con estas palabras:

" ... la revelación definitiva -y su posterior popularidad como cantor- llega la noche del 12 de mayo de 1922, en el mismo teatro y con la misma compañía cuando, interpretando el personaje de Lorena, en la "pieza novelesca" de Manuel Romero "El bailarín del cabaret", estrena el tanto "Patotero sentimental", del mismo Romero, con música de Manuel Jovés. El público se vuelca al Apolo atraído por la agradable pieza y por el notable cantor que, de riguroso "smoking", displicentemente apoyado en el respaldo de una silla, la rodilla derecha descansando en ella, canta en el cuadro del escénico "cabaret":

Patotero, rey del bailongo
patotero sentimental
escondés bajo tu risa
muchas ganas de llorar...

La atracción del cuadro se complementabe con las inolvidables dotes de bailarín de tango de que hacía gala la figura titular de la compañía (se refiere a César Ratti, reconocido bailarín de tango), virtud frecuente por lo demás en muchos destacados actores de la época..."

Ruben Pesce, nos trae mas recuerdos de aquella memorable representación, describiendo en detalle la escena del cabaret, escena en que Ignacio Corsini entona su nueva creación:

"En el cuadro del cabaret -en esos años característica esencial para el éxito de un sainete-, Ignacio Corsini con su esposa, Victoria Pacheco, y otros artistas de la compañia, ocupaban la primera mesa de la izquierda. Cuando desde el foso, la orquesta dirigida por el maestro Scolati Almeyda, atacaba con la introducción del tango, Corsini tomaba su silla, iba hasta el proscenio, la ponía en posición invertida, se tomaba del respaldo y apoyábase en el asiento con la rodilla derecho. Así -erguido, alto, rubio, vestido de smoking-, cantaba El patotero sentimental"

Tal fue el tremendo éxito del tango, que el público pedía numerosos bises en cada representación de la obra. Aparentemente esto habría despertado cierto "celo artísticos" en director de la Compañía, el afamado actor Cesar Ratti. En efecto, un domingo antes de la sección "vermuth", pidio a Ignacio que por cuestiones de tiempo, prescindiera de los númerosos pedidos del úblico y reprisara una sola vez el tango, concediendo un solo "bis". Sin embargo, a pesar de que Corsini respetó el pedido que le hiciera Ratti, el público insistió tanto que el director de la Compañía comprendió que debía permitir todos los bises requeridos por el público, que en aquella oportunidad fueron nada menos que cinco, según el interesante relato que hace Ruben Pesce.

Parece ser que este no habría sido el único episodio de tales carácteristicas, ni una situación de excepción para don Cesar Ratti. En efecto, bajo el título de "Broma angelical de Cesar Ratti", Roberto Casinelli, nos relata otro episodio que tuvo lugar cuando Agustín Magaldi actuaba para la Compañía del célebre actor, interpretando junto con Pedro Noda temas del repertorio nacional. Recordamos que Magaldi era por aquel entonces (1926), un jóven cantor que recien se iniciaba como profesional, y era por lo tanto incapaz de "robarle" público a Cesar Ratti, gran actor ya consagrado. Años despues Enrique Cadícamo, amigo y colaborador de Magaldi, rememoró la extraordinaria calidad humana que caracterizaba a Agustín, cuando Irene Amuchástegui lo entrevistó mientras escribía la biografía de la Voz Sentimental.

Veamos el relato de Casinelli, extraido de la cubierta del disco "La historia de Agustín Magaldi" (RCA Victor CAS-6035 CAMDEM):

"Don Pascual Carcavallo los interesa (al dúo Magaldi-Noda) para el Teatro Smart y el empresario los contrata para reforzar el elenco de la obra de Pablo Suero y Pascual Contursi "Maldito cabaret" o "Cachito Patotero" interpretado por la Compañía de Cesar y Pepe Ratti. Debutan el 21 de agosto de 1926, compartiendo la parte musical con la Orquesta de Juan Maglio Pacho. Se realizaban tres o cuatro secciones diarias a teatro lleno y cada día gustaban mas los estrenos de Agustín Magaldi (solo) tales como el vals "Marchetta" en versión de Tagle Lara y el tango "Trapo viejo", del mismo autor. En varias oportunidades debió bisar "Marchetta" atrasando la sección o molestando al "capo cómico" César Ratti. De otra manera no hubiera salido a escena vestido de mujer para bailar al compás del dramático vals que cantaba Magaldi. Tal situación provocaba la hilaridad del público e intranquilizaba al cantor logrando con esa astuta intervención restarle aplausos a Magaldi y adjudicárselos él también por "colaborar" tan ingeniosamente en el número de mayor atracción popular de esa temporada teatral. ¡César Ratti no quería perder...!"

Es evidente que los bises "lo sacaban" a don Cesar Ratti ...


El Patotero sentimental

Días antes del inminente estreno de la obra, Manuel Jovés se había presentado en el Teatro Apolo, al finalizar una función, con la música para la letra que había escrito para la ocasión el autor de la obra, Manuel Romero. Señalamos por nuestra parte que probablemente se trataba de una de las últimas funciones de "El hombre del día", estrenada el 22 de abril de 1922, obra previa al estreno de "El bailarín del cabaret" presentada por la Compañía.

Una vez desalojados los espectadores del teatro, evoca en su obra de obligada consulta Rubén Pesce, se reunieron en el foso de la orquesta alrededor del piano, Ignacio Corsini, acompañado por su esposa Victoria Pacheco y su hijo Ignacio de once años de edad, Manuel Romero, los hermanos Ratti, y Manuel Jovés quien pasó varias veces en el piano la nueva composición para que los presentes juzgaran su composición, realizando así un primer ensayo. Una vez estrenada la obra, el Caballero Cantor sería secundado, en todas las funciones en las que interpretara "El patotero sentimental", por la orquesta del Teatro Apolo, dirigida por el maestro Félix Scolatti Almeyda.

En aquellos momentos Ignacio Corsini supo de inmediato que "El patotero sentimental" sería un éxito. En efecto, esa misma noche al regresar del teatro con su familia, mientras caminaban rumbo a una panadería donde compraban el pan "recien salido de una tercera horneada" para luego ir a cenar a su hogar, su hijo Ignacio iba silbando la melodía del nuevo tango recien ensayado, asombrando a su padre. Corsini supo así que el tango en cuestión iba a ser "entrador".

Luego del éxito rotundo de la obra y a la luz de la creciente popularidad del nuevo tango, Carlos Gardel, concurrió al teatro a ver la representación y escuchar personalmente la interpretación de Ignacio Corsini. Al finalizar la función concurrió al camarín del galan cantor y felicitándolo por su interpretación le pronosticó un futuro brillante en el camino del canto popular.

En rigor debemos señalar que "El patotero sentimental", es sin duda el primer éxito de Ignacio Corsini, no solo como intérprete de tangos, sino como cantor. Esta creación lo proyecta tempranamente a lo que será su brillante carrera como solista, que iniciará ya alejado definitivamente de las tablas en 1928, y que lo mantendrá por mas de 20 años encumbrado entre las mas importantes figuras de la canción nacional.

Por aquel 1922, si bien es cierto que el Caballero Cantor hacía ya dos años que grababa regularmente para la casa Max Gluksman, aún no estaba definitivamente consolidado como cantor en el gusto del público, y bien se podría decir que era mas conocido -al menos en la ciudad de Buenos Aires- como actor teatral que como intérprete. Es posible sin embargo, que en el interior, lejos de los escenarios de la capital, seguramente fuera mas conocido por su labor fonográfica como cantor, y menos con la de actor teatral. De hecho por aquellos tiempos los ingresos de la familia Corsini provenían casi en su totalidad de la permanente actividad teatral que desarrollaban tanto el Caballero Cantor como su esposa la actriz Victoria Pacheco. Basta, para comprobarlo, con echar un vistazo a la cantidad de obras teatrales en las que ambos participaron en el primer lustro de la década del 20. No era casual tampoco, que por esos años Corsini y su familia vivieran en la calle Corrientes, tan cerca de aquellos teatros donde permanentemente debían concurrir a ensayar y a representar gran cantidad de obras.

De todas formas, hasta la edición de "El Patotero sentimental", Corsini no había registrado mas que un puñado de discos.

En efecto, hasta la aparición del disco N° 18.041, se habían editado apenas 30 discos del Caballero Cantor.

La edición del disco 18.401 contenía en su lado A, "El patotero sentimental", con el acompañamiento de la Orquesta de Roberto Firpo, mientras que en su faz B, presentaba el estilo "Despedida" de autoría del propio Ignacio Corsini, acompañado con guitarras.

Si bien Ignacio Corsini realizó una importante cantidad de grabaciones acompañado por la Orquesta de Roberto Firpo, era previsible que "El patotero sentimental" contara con acompañamiento orquestal, pues así lo interpretaba en sus exitosas presentaciones en el Teatro Apolo, con la Orquesta dirigida por Scolatti Almeyda.

El dato curioso es que este disco fue editado en dos tiradas distintas, la primera conteniendo la versión registrada bajo el número de matriz 845-II, y la segunda conteniendo una versión posterior bajo el número de matriz 924-I, ambas con el acompañamiento de Firpo.

En el sector ubicado a la izquierda de este trabajo, encontraran los samples de audio que contienen ambas versiones completas masterizadas, mas un bonus track: la canción "Tus suspiros", que pertenece a la misma de grabación de la segunda versión de "El patotero sentimental", y que fuera registrada ese mismo día con el número de matriz 925-I.

Es posible especular que las dos primeras versiones inéditas de la obra (845 y 845-I), hubieran sido grabadas con acompañamiento de guitarras, y luego ante la notable diferencia que seguramente tendrían con la versión teatral, se haya decidido grabar la versión con la orquesta de Roberto Firpo. Esto, obviamente, no lo podemos corroborar y no pasa de ser una mas que una mera especulación, pero nos parece al menos una suposición interesante de considerar.

Finalmente registrará por última vez, en 1930 y con el acompañamiento de su terceto de guitarras (Pagés, Pesoa y Maciel), dos nuevas versiónes de "El patotero sentimental", con sistema de grabación eléctrica Verotón. Las mismas han permanecido inéditas y han llegado a nuestros días a través de discos de prueba.

En síntesis, siete serían entonces las versiones del "Patotero sentimental", registradas en la cera por el Caballero Cantor, de acuerdo con el siguiente detalle:

845 1922
845-I 1922
845-II 1922
924 1922
924-I 1922
e-5780 10/07/1930
e-5780-1 13/08/1930

Dado el suceso y la extrodinaria popularidad del tango, Carlos Gardel lo lleva al disco registrando dos versiones bajo los números de matrices 954 y 954-I, es decir pocos días despues de que Ignacio Corsini registrara sus matrices 924 y 924-I.

Decíamos párrafos atrás que para aquel año 1922, Ignacio Corsini era probablemente mas conocido como actor teatral que como cantor, y que se habían editado hasta el momento del estreno de "El bailarín del cabaret", un poco mas de una veintena de discos (prescindiendo obviamente de la serie Victor de 1912, que a esas alturas había pasado totalmente al olvido para el público, y la cual bien lo sabemos, no era para nada del agrado Don Ignacio).

En efecto la serie de discos Nacional Odeon, se inicia en 1920 con el número 201 y se extiende hasta disco número el 230, para reiniciarse empalmando con una nueva serie a la que se le asigna el número 18.401. Este disco es precisamente el que contiene en su faz A al "Patotero sentimental".

Al respecto debemos señalar como detalle de importancia a la hora de estudiar cualquier discografía, que los números de matrices no mantienen correlatividad con los números de disco, por lo que al si bien al momento de grabar su versión de "El patotero sentimental", Corsini había registrado solo 24 matrices originales (con sus eventuales repeticiones, según el caso), al momento de publicarse la edición del disco 18.401, ya habían sido editados en realidad 30 discos, con 28 matrices y dos repeticiones (30 lados en total).

El Caballero Cantor había iniciado su serie de grabaciones para el Disco Nacional Odeón, de Max Glücksman, como señaláramos párrafos atrás, en 1920, pero debemos advertir que en relación a Carlos Gardel y al dúo Gardel-Razzano, había realizado en realidad bastante pocas grabaciones en ese mismo período de dos años:

1920
405 - Tortolita y chigolo - Disco Nacional Odeón 201 B
406 - Pobre mi china - Disco Nacional Odeón 202 B
407 - Popular tradición de esta tierra - Disco Nacional Odeón 201 A
408 - El último adiós - Disco Nacional Odeón 202 A

1921
478 - La muerte de milonguita - Disco Nacional Odeón 203 A
479 - Flor marchita - Disco Nacional Odeón 204 A
480 - Mis ilusiones perdidas - Disco Nacional Odeón 203 B
481 - Lamento - Dissco Nacional Odeón 204 A
520 - Un lamento - Disco Nacional Odeón 206 A
521-II - China hereje - Disco Nacional Odeón 205 A
522-III - Porqué me dejaste - Disco Nacional Odeón 205 B
523-I Recordando - Disco Nacional Odeón 206 B
638 - La mañanita - Nacional Odeón 207 A
639 - Amurado me dejaste - Disco Nacional Odeón 208 A
640 - A mi palomita - Disco Nacional Odeón 208 B
641 - Al pié de la reja - Disco Nacional Odeón 207 B

1922
724 - Pobre cotorro - Disco Nacional Odeón 212 A y Disco Nacional Odeón 226 B
761 - La brisa - Disco Nacional Odeón 209 A
762 - Santos Vega - Disco Nacional Odeón 209 B
763-I Mis harapos - Disco Nacional Odeón 211 A
792 - La payasa - Disco Nacional Odeón 226 A
792-I La payasa - Disco Nacional Odeón 210 A
793 - Despedida - Disco 1Nacional Odeón 8.401 B
794 - Por ella - Disco Nacional Odeón 210 B
799-I No me olvides - Disco Nacional Odeón 211 B
845-II El patotero sentimental - Disco Nacional Odeón 18.401 A
912 - El poder de tus ojos - Disco Nacional Odeón 212 A
916 - La muchacha - Disco Nacional Odeón 18.403 A
924-I El patotero sentimental - Disco Nacional Odeón 18.401 A
925-I Tus suspiros - Disco Nacional Odeón 18.403 B

Aclaramos que siguen las grabaciones en 1922, pero a los fines del presente trabajo concluimos este listado hasta la sesión de grabación en que realizó la segunda versión de "El patotero sentimental", sesíon en la cual grabó tambien acompañado por la orquesta de Roberto Firpo, la canción "Tus suspiros" de Firpo y el propio Corsini.


De patoteros y patotas bravas

El personaje del Patotero ha sido utilizado en innumerables oportunidades como parte de la temática de no pocas composiciones en la década del veinte, y en también en otras obras posteriores, como por ejemplo ocurre con el tango "Corrientes y Esmeralda", donde Celedonio Esteban Flores evoca a las patotas con los siguientes versos:

"Amainaron guapos junto a tus ochavas
cuando un cajetilla los calzó de "cross"
y te dieron lustre las patotas bravas
allá por el año novecientos dos... "

El "cajetilla" que hacía gala de su fama de deportista y hábil boxeador no es otro que Jorge Newbery, el cual es pintado de cuerpo entero con el breve e inspirado trazo de la porteñísima pluma del negro Cele, sin siquiera mencionarlo.

El "patotero"y las "patotas", eran personajes frecuentes en la Buenos Aires de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Asi dan testimonio numerosas publicaciones de época.

Manuel Gil de Oto, en "La Argentina que yo he visto" (1917), realiza una interesante semblanza del personaje y define al "patotero", por oposición al "compadre" en los siguientes términos:

"Patotero es el compadrito de buena casa; el niño bien, borracho, mujeriego, bravucón y perdonavidas. El compadre es un obrero que no quiere trabajar; el patotero es el heredero acomodado, que es calavera porque se aburre de no hacer nada. El compadre es casi siempre rufían (Nota del blog: proxeneta) para darse buena vida; el patotero se lanza a la mala vida porque le sobra dinero, amistades e influencias para asegurarse la impunidad. Otra característica del patotero es que rara vez obra y daña individualmente, como el compadre; el patotero aislado, suele ser buen muchacho. Solo es temible en patota, cuando a la impunidad que le asegura su plata y su familia, puede sumar la impunidad del número y de la fuerza. Las diferencias de origen ya señaladas, entre el compadre y el patotero, determinan de antemano las diferencias del forzoso acabamiento, al llegar cierta edad en la que no son posibles ni las farras, ni los camotes, ni los becerros, no las otras liviandades, que son la diversión de compadritos y patoteros. El final del compadre suele ser el hospital o el presidio. El patotero, mas protegido y venturoso, suele acabar en un buen empleo del Estado, en diputado de la Nación, y hasta en Ministro".

Señalando que "no hay ni hubo patoteros sentimentales", recuerda Francisco García Giménez, que todos ellos eran crueles señalando que Manuel Romero, por su profesión periodística, tenía presente el suceso drámático ocurrido la noche del 12 de febrero de 1911: "... el pobre bohemio melenudo Abel Gutiérrez Conti -familiar atorrante inofensivo, del centro porteño-, harto de las cotidianas befas de la patota se armó de un revolver y, tras soportar esa noche una persecución despiadada de cinco cuadras por la avenida, mató de dos balazos al temerario estudiante Debenedetti, frente al número 744..."

Forman parte del presente trabajo, disponibles para escuchar en el sector izquierdo de este blog, las versiones remasterizadas de "El Patotero sentimental", registradas en 1922 por Ignacio Corsini bajo las matrices números 845-II y 924-I y la versión de la canción "Tus suspiros", registrada bajo la matriz 925-I.


Crónica del estreno de "El bailarin del cabaret " - Caras y Caretas (27/5/1922)

A quince días del estreno de "El bailarín del cabaret", en la edición de Caras y Caretas del 27 de mayo de 1922, en la sección "Los teatros y la música en Buenos Aires", se publica una cruda y descarnada crítica de la obra, firmada por José Ojeda, el cronista de espectáculos de la revista. Fiel a su estilo despiadado, Ojeda formula duros comentarios sobre la obra, los actores y la pieza musical cantada por Corsini. Veamos pues sus impresiones sobre aquella jornada del 12 de mayo de 1922, por cierto diametralmente opuestas a las del público que llenó la sala durante incontables funciones:

"La compañía de don César Ratti ha estrenado a principios de mes el drama cinematográfico El bailarín del cabaret, de don Manuel Romero. Un hombre honrado y su sirviente prometieron a un moribundo tomar bajo su protección a una hija que dejaba en cierto colegio de la ciudad; aquel se hace pasar por padre de la muchacha, sin miramiento alguno por la documentación del registro civil, y a poco andar se enamora de su pupila cuando ella ya se ha comprometido con un perdido. El hombre honrado tiene que confesar a su hija que no es su padre, y la niña, indignada de la superchería, olvida todo el cariño que se le había despertado por el hombre honrado para huir con el hombre perdido. Después de años, el hombre honrado se arruina en la bebida y tiene que sostenerlo el sirviente, trabajando como bailarín de un cabaret. Allí viene, como es natural, la antigua hija adoptiva, y con ella viene también su seductor. La joven echa sus brazos al cuello del hombre honrado y borracho, el sirviente descerraja un tiro sobre el hombre perdido, y se deja prender dando sanos consejos de trabajo y regeneración a su ex patrón.

La falsedad psicológica y teatral de la pieza va compensada con el delineamiento un poco grueso y descuidado del protagonista, el sirviente abnegado, fiel y perfecto de los cuentos antiguos.

La escena del cabaret sirve para presentar las conocidas figuras de ese medio, y no falta, por cierto, el tango cantado y la danza mas o menos exótica, trozos predilectos del público y recursos de mala ley para cebarlo.
El señor Ratti descuella en el desempeño del protagonista a una altura no alcanzada ni de lejos por los que lo rodean."

Queremos hacer especial mención y agradecimiento a nuestro estimado amigo Carlos Piccio, gracias a cuya gentileza pudimos reproducir esta interesante crónica.

Fuentes:
- Dr. Ignacio Corsini (h.): "Ignacio Corsini, mi padre" - Editorial Todo es Historia - 1977
- Diario La Nación -26/12/2002
- Diario La razón - 28/7/2009
- Caras y Caretas - Edición del 27/5/1922
- Sosa Cordero, Osvaldo: "Historia de las varietés en Buenos Aires 1900-1925". Editorial Corregidor - 1978
- Pesce, Ruben - Selles, Roberto: "La historia del Tango. Las voces del Tango. Ignacio Corsini.". Editorial Corregidor- 1978
- García Giménez, Francisco: "Así nacieron los tangos" - Editorial Losada - 1965
- Marambio Catán, Carlos Marambio: "60 años con el tango". Editorial Freeland - 1973
- Morena, Miguel Angel: "Historia artística de Carlos Gardel". 5° edición ampliada y definitiva. Editorial Corregidor - 2008
- Suarez Danero, E.M.: "El sainete". Centro Editor de America Latina - 1970
- Ordaz, Luis: "El Teatro Argentino". Centro Editor de America Latina - 1971 - Gil de Oto, Manuel: "La argentina que yo he visto". 1917
- Casinelli, Roberto: "La historia de Agustín Magaldi" - Disco RCA Victor CAMDEM - CAS-6035

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